Camera version inteligence artificielle pour voir l'age des clients dans les bureaux de tabac

Cámaras de reconocimiento de edad en los estancos: Francia entre la seguridad, la legalidad y el reto de la ciudadanía

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En un momento en que la protección de los menores se ha convertido en un asunto público, la cuestión del control de laedad a la hora de comprar cigarrillos se plantea ahora en los estancos. El Ministerio de Sanidad está estudiando la posibilidad de utilizar cámaras equipadas coninteligencia artificial, capaces de evaluar la edad de los clientes en tiempo real. Pero la CNIL, guardiana del código de datos, sigue siendo prudente. Este informe revela los retos de un sistema en la encrucijada del control del tabacola seguridad sanitaria y las libertades civiles.

¿Por qué equipar los estancos con cámaras inteligentes?

Los estancos están sujetos a una ley estricta: la compra de productos del tabaco por menores de 18 años está prohibida. Sin embargo, los controles manuales ya no bastan. El mercado paralelo, los papeles falsos, el engaño… una encuesta muestra que entre el 20 y el 30% de las compras de cigarrillos en Francia implican a menores. La llegada de los sistemas de reconocimiento facial y de inteligencia artificial promete un índice de detección más fiable, sin necesidad de añadir personal ni aumentar las multas.

Seguridad, datos, privacidad: ¿cuál es la posición de la CNIL?

La Autoridad Francesa de Protección de Datos (CNIL ) ha publicado un informe mixto. Reconoce las ventajas de este proceso tecnológico, pero le preocupa el uso excesivo de datos personales.
Señala que estas cámaras no pueden utilizarse sin control legal: su funcionamiento debe ser transparente, el almacenamiento debe limitarse a lo estrictamente necesario, y todo debe ajustarse al marco legal. Los tribunales nacionales pueden exigir un dictamen o una autorización previa.

Estancos, alcaldes, policía: ¿quién gestiona qué?

La instalación de estas cámaras en un lugar público, como un estanco, es un ejercicio compartido entre las empresas que las explotan, la policía y los servicios municipales. Cada alcalde tiene la posibilidad de emitir un dictamen, o incluso un decreto, sobre el uso de las cámaras aumentadas.
A nivel local, elespacio público está vigilado, pero este tipo de sistema requeriría la coordinación entre los tribunales, el ministerio correspondiente y la CNIL, para garantizar la legalidad.

Tecnología: ¿cómo funciona realmente el sistema?

Las cámaras utilizan sensores de alta definición combinados con un sistema de inteligencia artificial que analiza el rostro en tiempo real. Mediante el reconocimiento de rasgos (frente, ojos, barbilla), la herramienta estima una edad aproximada. Si la persona parece ser menor de 18 años, un mensaje advierte al personal: «Compra prohibida, por favor muestre su identificación».
Las compras totales se rastrean de forma anónima. No se guardan imágenes ni información personal . Un sutil acto de equilibrio entre la seguridad sanitaria y el respeto al derecho a la intimidad.

¿Qué dice la justicia y el derecho público?

Se han realizado experimentos en varios países. En Estados Unidos, algunas jurisdicciones han prohibido el reconocimiento facial, mientras que otras lo autorizan con condiciones. En Francia, la CNIL exige un estudio de impacto riguroso, sobre todo en lo que se refiere a la fiabilidad del sistema.
El Ministerio podría regular estos sistemas mediante un decreto, especificando el código utilizado para gestionar las imágenes, quién tiene acceso a ellas y cuánto tiempo se conservan.

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Retos y perspectivas: ¿hacia un futuro digital regulado?

El despliegue de estas cámaras plantea tres grandes cuestiones:

  • Eficacia real: ¿cuál es el porcentaje de éxito en la detección de menores?
  • Confianza pública: ¿aceptala opinión pública ser filmada?
  • El marco jurídico: la gestión de los datos debe ser transparente, proporcionada y segura.

Ante estos retos, los estanqueros, la CNIL, el Ministerio y los tribunales deben trabajar juntos. Sin esta relación de confianza, se corre el riesgo de bloquear el progreso tecnológico. El reto es doble: proteger a los menores y salvaguardar los derechos de todos.

Conclusión: una cuestión social

El uso generalizado de cámaras aumentadas en los estancos plantea un verdadero dilema francés: entre dar prioridad a la salud pública, modernizar el mercado del tabaco y garantizar las libertades individuales. El marco ya existe: ley, CNIL, tribunales, servicios municipales y policía. Sólo queda afinar el equilibrio entre seguridad y respeto a los ciudadanos.

En un mundo en el que la tecnología digital es cada vez más importante, estos sistemas bien podrían convertirse en la norma en la lucha contra el tabaquismo juvenil. Siempre que todos se impliquen: empresas,administraciones, gobiernos y ciudadanos particulares. El futuro del control dela edad pasa por una inteligencia artificial responsable, supervisada y, sobre todo, aceptada por todos.

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